En la madrugada de hoy martes, el Movimiento de desobediencia al TAV Mugitu! Mugimendua ha efectuado una pintada en una lona de propaganda del TAV en el exterior de la sede de la Confederación Empresarial Navarra (CEN), situada en las inmediaciones de la avenida Zaragoza de Iruñea. En esta lona firmada por la Plataforma pro TAV en Navarra en que se hace una invitación a “tomar el tren del futuro” las activistas han pintado la consigna TAV EZ.

La Plataforma por el TAV en Navarra es un lobby de presión de las élites empresariales a los dos gobiernos, tanto central como foral, para que aceleren las obras porque, a su juicio, van más lentos de lo deseado. También pretenden generar una corriente de opinión favorable en torno a una macro infraestructura que no cuenta con el apoyo de buena parte de la sociedad navarra, que la considera un ataque medioambiental intolerable, un despilfarro de dinero público para negocios privados y el desmantelamiento progresivo del tren convencional utilizado por las clases populares en beneficio de un tren elitista.

Estas élites empresariales agrupadas en la Plataforma por el TAV son las culpables de las condiciones de semi esclavitud que se padecen en las obras del TAV, que ya han causado 13 muertes en todo Euskal Herria. Asimismo, son las causantes de la destrucción ambiental sin precedentes sufrida en los últimos años como consecuencia de las obras. También son responsables de querer seguir embolsándose dinero con una infraestructura que, en un contexto de empobrecimiento social generalizado, incrementa los recortes en sectores básicos como la sanidad o la educación e impulsa privatizaciones.

Por todo ello, seguir presionando a los gobiernos para acelerar esta macro infraestructura en un contexto generalizado de crisis eco social global es asumir el papel de mafia del TAV

Llamamos a desobedecer esta macro infraestructura impuesta y a seguir desenmascarando a los promotores que siguen moviendo desde la sombra los hilos del TAV.

Euskal Herrian, eufemismorik gabe, argi esaten dugu: CAF (Construcciones y Auxiliar de Ferrocarriles) Israelgo genozidio eta apartheidaren egiturarekin konplize zuzena da”. Horren argi adierazi nahi izan dute ekintzaileek euren salaketa. Jakina denez, CAF enpresak Israelgo Estatu sionistaren trenbide proiektuak garatzen ari da. Alde batetik, Tel Avideko metroa eta bestetik, “Jerusalem Light Rail” proiektua, “sionistentzat azpiegitura estrategikoa dena, lotzen baititu Palestina lurretan ilegalki eraikitako hainbat koloniekin”, azaldu dute.

“Palestinak, hamarkadak daramatza kolonizazio, okupazio militar eta desjabetze prozesuen menpe. Sionismoaren sorreratik gaur arte, Palestinako herriak kanporaketak, kolonoen asentamenduak (nazioarteko zuzenbidearen arabera ilegaltzat jotzen direnak) eta lurraldearen zatiketa sistematikoa pairatu ditu”, dio ekintzaileek zabaldu duten oharrak.

Berriki, NBEk ofizialki sartu du CAF Palestinaren okupazioan sionismoarekin kolaboratzen duten
enpresen zerrendan Israelen sistema kolonialari eusten dioten eta haren onuradun diren beste konpainia batzuekin batera. Francesca Albanese NBEko errelatore bereziak adierazi zuen Palestinako herriak bizi duen egoerak “apartheid erregimena eta suntsitze-prozesu sistematiko bat denak, eskatzen du nazioarteak erantzukizunarekin ekitea eta konplizitatearekin amaitzea”.

Ekintzaileek gogoratu dute Israelek trenbidearekin lotu nahi dituen kolonoen asentamenduak salatu dituela NBEk. “Asentamendu horiek nazioarteko zuzenbidea urratzen dute eta Nazio Batuen Erakundeak gaitzetsi ditu. Trena ez da garraiobide neutral bat, anexio eta apartheid tresna bat baizik”. Trenbideak kolonoen lurralde hedapena sandotzen dituela azaldu dute, eta aldiz, auzo palestinarrak isolatzen dituela arbuiatu dute. Gainera, kolonoen mugikortasuna errazten du. CAFen inplikazioa, trenbidea eraikitzetik haratago doa: mantentze lanak ere egiten ditu, eta tranbidearen funzionamenduan parte hartzen du.

“CAFen langileek ere salatu dute konplizitate hori, konpainiari erregimen genozidarekin dituen kontratu guztiak eteteko exijituz. Beraien jarrera erakusten du gardentasunetik eta barrutik egindako presioa funtsezkoa dela entitate sionistarekin harreman oro mozteko, izan ekonomikoa, industriala edo diplomatikoa”.
Azkenik, eta aldarrikapen hori indartzeko asmoz, Israelekiko lotura guztiak etetea exijitu dute. “CAFek Israelekin eta okupazioaren konplize diren enpresekin dituen kontratu guztiak, berehala eten ditzala.
Berresten gara esatean, gure tresna zilegiena eta erangikorrena BOIKOTA dela – politikoa, ekonomikoa, akademikoa, kulturala eta kirolekoa-, alegia, harreman komertzial, instituzional eta diplomatiko guztiak etetea, entitate genozidarekin hausteko”.

La Universidad del Opus Dei había sido tomada por numerosos policías españoles para proteger a apenas veinte seguidores del presunto periodista de extrema derecha, pero la presencia de numerosos jóvenes antifascistas les ha desbordado. Posteriormente, los incidentes se han extendido por el barrio de Iturrama. En un portal del barrio, una persona ha sido retenida por la Policía, aunque posteriormente ha sido liberada. Según han informado varias fuentes, la Policía ha detenido a dos personas.

La muerte de Elhadji Ndiaye permanece grabada en nuestra memoria colectiva como uno de los recordatorios más dolorosos de las consecuencias del racismo institucional. Cada 25 de octubre, al conmemorar su muerte violenta bajo custodia policial, revivimos no solo el horror de aquel día, sino también el silencio cómplice, la opacidad del proceso y la ausencia de verdad, justicia y reparación. Su muerte no fue un hecho aislado, sino parte de una larga cadena de violencias ejercidas por el Estado contra cuerpos racializados, tanto dentro como fuera de unas fronteras que no dejan de multiplicarse.

Hace ya nueve años salimos a las calles para exigir respuestas que nunca llegaron:
¿Por qué le pararon? ¿Por qué no le trasladaron a un hospital? ¿Por qué murió en el suelo de una comisaría menos de una hora después de ser detenido? ¿Cómo fue posible que se intentara legitimar tal nivel de violencia a plena luz del día y en una calle transitada?

Aquellas imágenes nos fueron tan propias porque forman parte de un relato común que sigue vivo. Cada vez que se denuncia una parada policial racista, una identificación arbitraria o una detención violenta, emerge el mismo patrón de discriminación que sostiene la violencia estructural. Esa violencia no es un error del sistema, es el sistema mismo: una maquinaria de control, vigilancia, criminalización y castigo sobre las vidas de quienes no son consideradas sujetos plenos de derechos. Un engranaje que decide qué vidas son protegidas y cuáles pueden ser descartadas.

Durante estos nueve años, el panorama apenas ha cambiado. La violencia policial racista sigue operando, pero con una nueva y preocupante forma: la de su normalización. Las identificaciones por perfil étnico, las redadas selectivas y las intervenciones desproporcionadas contra personas migradas y racializadas se han instalado en nuestras calles como prácticas cotidianas, legitimadas por discursos que niegan el racismo mientras lo perpetúan. Nos quieren hacer creer que no pasa nada, que exageramos, que debemos acostumbrarnos.

Frente a este intento de naturalizar la violencia, nos organizamos. No vamos a acostumbrarnos a ser controladas, vigilados, perseguidas o castigados por existir. Sabemos que el racismo institucional no se combate solo con denuncias, sino también con organización, con conciencia y con acción colectiva.

Miles de personas han salido esta tarde a las calles de Iruñea en el marco de la huelga convocada en solidaridad con el pueblo palestino. Bajo el lema “STOP GENOCIDIO! LANGILEOK PALESTINAREKIN”, una gran columna ha recorrido el Casco Antiguo, en defensa de los derechos del pueblo palestino.
A lo largo de la marcha, los manifestantes han reclamado el boicot a las empresas que cómplices de Israel y han denunciado la implicación de distintas instituciones en el mantenimiento de la ocupación y la violencia contra la población palestina.